Año de gracia de 2000. En Valencia, Venezuela viene al mundo Gustavo Enrique Ortega Urdaneta. Fast forward a 2018, viajamos a España. Esa misma persona, ahora operando simplemente como Gus empieza a subir canciones a plataformas digitales que le convierten de inmediato en uno de los secretos a descubrir de la música en castellano. Melodías de impacto inmediato, beats elegantes, letras de calado generacional que dejan entrever profundidad y facilidad para conectar con el oyente. Todo el mundo empieza a preguntarse quién es Gus. De lo que nadie duda es de su futuro: es una estrella.
Llega su primer EP (‘futura’, 2018) y una retahíla constante de temas que entrega con regularidad. Los números siguen aumentando, pero Gus sigue a lo suyo, confirmando que aquí hay enjundia. Don’t Believe the Hype. Sin prisa, pero sin pausa, construyendo su propio imaginario. Hay quienes siguen las reglas. Otros, las crean. En 2021 llega por fin su primer álbum largo autoeditado con el título de Verano, por siempre. Su capacidad para facturar hits automáticos empieza a resultar inusual. Paula Cendejas se apunta a colaborar (también lo ha hecho con Daniel Sabater, Mario Puglia y Yorghaki). Hay juventud, hay descaro, hay de todo. Gus no para, como si tuviera un cajón sin fondo con canciones. Las cifras se cuentan por millones.
Pero el verdadero salto adelante del venezolano se dará en 2023 con la llegada de sus esperadísimas nuevas canciones, que supondrán su asalto definitivo a la primera división del pop. Las armas las tiene: los mejores temas de su vida, una mezcla absolutamente propia de sonoridades latinas e influencias anglosajonas. Con el punto justo de misterio y oscuridad. Con un aire urbano que encierra mucho más que un género musical. Él atraviesa sonoridades de la mano de un estilo propio y difícilmente imitable. Se vienen, además, colaboraciones de postín. Nivel, mucho nivel. Sintonicen sus receptores y no esperen a que se lo cuenten.